Cuando un paciente tiene más de 8 años es considerado inmediatamente como geriátrico por los veterinarios. Muchas veces, con el argumento de que “quizás no despierte de la anestesia” no operan a nuestros seres queridos. La verdad no es de conocimiento público y por eso, hablamos con la Doctora Sonia Madrid, Veterinaria Odontóloga, quien enseña a través de su página de Instagram @odontoveterinaria.cl
Para que un perro se someta y salga de una cirugía exitosa, son tres los ejes que tienen que confluir para que esto pase. A veces, pagar un precio más elevado sí hará la diferencia, pero debes fijarte en esto:
- Cuando va un paciente a verme, siempre lo reviso de manera general, para después seguir con la boca. Si le encuentro un soplo o alguna alteración en el ritmo cardiaco, inmediatamente, sea de la edad que sea, le sugiero ir al cardiólogo.
En cambio, si estoy en la consulta y no encontré nada, pero el dueño es aprehensivo y quiere asegurarse de que esté todo bien, le hago la evaluación cardiovascular de todas maneras.
Desde los 7 u 8 años hacia adelante, la anestesia debe estar acompañada siempre de un examen de sangre.
- Tener un anestesista distinto al veterinario en el pabellón es esencial porque se dedica exclusivamente a ésta.
Éste, es una persona que está monitoreando al perro constantemente, está con monitores multiparámetros de presión, temperatura y con los electro cardiogramas más actualizados.
Por ejemplo, día a día opero a muchos pacientes viejos: cardiópatas de 18 o 20 años. Por eso, él o ella, al momento de evaluar el electrocardiograma ve y me indica los medicamentos que sí puedo usar y los que no en el paciente. Es un profesional esencial dentro del pabellón, porque está pendiente de cada movimiento.
- La máquina de anestesia de gas le permite al veterinario quitar la anestesia fácilmente ante cualquier complicación, como una llave de paso de gas: cortas y no hay más anestesia.
Para esto, el anestesista va modulando la respiración y la anestesia en función a los parámetros cardiológicos y termodinámicos de nuestra mascota.
En cambio, la anestesia fija emplazada mediante la vía endovenosa no permite tener ningún tipo de control. “Tu inyectas y lo que fue, fue no más”, cuenta la veterinaria.